viernes, 13 de septiembre de 2013

El dolor que mas duele es el que se sufre por dentro y en silencio.

Todavía puedo escuchar aquel silencio horrible a las 4 de la madrugada cuando aún no había conciliado el sueño, escuche como sonaba el teléfono y ya supe exactamente lo que pasaba... me quedé tumbado en la cama inmóvil esperando...
En aquel momento se paró el tiempo, no había palabra o gesto con el que consolar el dolor interior que sentían aquellas personas y yo... era horrible... Ver a todas esas personas derrumbadas y pensar que debes de estar firme y sereno es muy doloroso. Esa espera es la peor de todas, es esperar a la muerte y eso no es agradable para nadie por mucho que intente disimularse.
Lo peor llegó después, cuando entras allí. Todos miran afligidos mientras estás a punto de estallar y caer rendido al suelo y... no lo haces, te sientas y esperas con temblores y el corazón destrozado, mantienes la vista en un punto inmóvil sin parpadear con los ojos temblorosos mientras sientes que estás casi desbordado y solo pensar en otra cosa te calmará, con una estúpida canción lo consigues y vuelta a empezar. No dices palabra, prefieres no decir nada por si tal vez no puedas contenerte.
De nuevo otra vez sales casi abatido y vas a el que será el último roce de su vida… Llega ese momento y contemplas aparentemente calmado una de las peores vivencias que has tenido hasta el día de hoy, y entonces vuelven esas terribles ganas pero... te contienes.
Pasado ese momento y cuando la gente se dispersa pasa algo maravilloso, ese abrazo... ese dulce abrazo que pides a gritos pero sin voz y que te lo aportan esas bellas personas a las que quieres y que te hace sentirte algo mejor y que jamás olvidarás. Al menos yo, NO LO HARÉ.

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